Ilusiones ópticas (1)
En alguna ocasión conversaba con alguien sobre la manipulación mediática y lo exhorté a que desconfiara un poco más de lo que le muestra la pantalla del televisor (sobre todo en esta época, donde la tecnología de edición de videos y las técnicas para manejo de psicología de masas están muy desarrolladas). Mi interlocutor me respondió que él creía en las imágenes que veía, porque sus ojos “nunca lo engañaban”.
Esa es la postura de mucha gente: les basta con “ver para creer”, como decía santo Tomás. Sin embargo, los ilusionistas (como David Copperfield, por ejemplo) nos han demostrado como nuestra visión puede engañarnos muchas veces. Entonces, si la vista a veces nos engaña ¿por qué hay quienes insisten en creer ciegamente en lo que “ven” sus ojos?
Revisemos muy por encima el proceso de la vista: La retina, ubicada en el interior del ojo, está compuesta por conos y bastones. Estos son células fotorreceptoras que captan las ondas de luz y las transforman (o codifican) en impulsos eléctricos, los cuales pasan a través del nervio óptico hasta la corteza visual del cerebro.
El cerebro, de manera parecida a una súper sofisticada computadora, decodifica los impulsos eléctricos y los interpreta a través de una especie de “ingeniería inversa”, reconstruyendo las distancias, colores, movimientos y formas de los objetos que “vemos”.
«¿Qué es real? ¿Cómo defines lo real? Si estás hablando de lo que puedes sentir, lo que puedes oler, lo que puedes saborear y ver, entonces lo real son simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro» (Morfeo en el filme "The Matrix")
En cierta forma, todo lo que vemos es una ilusión óptica, porque la visión no es sino una reconstrucción que la mente hace de la realidad.
Entonces tenemos que nuestro cerebro, que es un mago ilusionista, construye nuestra realidad. Y, a veces, ese mago ilusionista nos juega bromas haciendo que “veamos” ilusiones sobre las ilusiones. A menera de ejemplos les coloco a continuación algunas imágenes fijas (recolectadas de internet) que, si movemos nuestros ojos mientras las miramos, tenemos la sensación de que ellas (las imágenes) tienen movimiento.
Si fijas tu mirada en el punto negro del centro, y acercas y alejas tus ojos, seguro tendrás la sensación de que los círculos externos se mueven (tu visión periférica es la que capta el supuesto movimiento):
En las siguientes imágenes pasa algo parecido. Tan sólo tienes que mover tus ojos mientras las percibes, y tu cerebro generará la sensación de que algo se mueve en ellas:
Pincha sobre la siguiente imagen, para que experimentes esa extraña sensación de movimiento en la imagen fija: