domingo, julio 30, 2006

Entrevista a Willigis Jäger: Teólogo benedictino y maestro zen

Willigis Jäger es un benedictino alemán y a la vez es un maestro zen. Me pareció muy interesante su posición con respecto a la "espiritualidad transconfesional" y la experiencia mística del "espacio transpersonal". Por eso decidí copiar en este posteo una entrevista suya, aparecida en la versión digital del periódico asturiano "La Nueva España".



Willigis Jäger. Teólogo, benedictino y maestro zen :«En el siglo XX se mataron mutuamente cien millones de personas y ninguna moral sirvió»

«Ratzinger me prohibió hablar en público, pero no le hice caso por motivos de conciencia; o nos hacemos místicos, o no sobreviviremos como especie»

J. MORÁN

Con un gran número de seguidores tras sus conocimientos sobre mística de las religiones, el alemán Willigis Jäger habló ayer en el Ateneo Jovellanos de Gijón sobre «La irrupción a nuestro ser verdadero». Monje benedictino, maestro zen y maestro de contemplación, abarrotó el aula.

-¿A qué monasterio benedictino pertenece usted?

-Vivo fuera del monasterio porque estoy exclaustrado. Benedicto XVI, cuando aún no era Papa, sino en su anterior puesto en la Congregación para la Doctrina de la Fe, bajo el nombre de Ratzinger, me prohibió hablar en público.

-¿Por qué?

-Pensó que yo ya no interpretaba correctamente el catolicismo.

-¿Se defendió usted?

-Le escribí una carta diciéndole que no iba a hacerle caso por motivo de conciencia y por motivos pastorales.

-¿Por qué un benedictino acude a la espiritualidad oriental?

-En la Iglesia católica no se enseñó la oración contemplativa y aún hoy día sigue habiendo dificultades con esa enseñanza.

-¿Conoció al jesuita Anthony de Mello, también amonestado por la Santa Sede?

-Parecido problema al mío.

-Le acusaron de panteísta.

-A mí me acusan de monista, pero lo que yo enseño no tiene nada que ver con ello.

-¿Es compatible la espiritualidad oriental con el credo católico?

-Existe una espiritualidad transconfesional y a ésa me dedico. Pero eso no significa que yo tenga que dejar la confesión católica.

-El teólogo Rahner decía que el siglo XXI, o es místico, o no será nada.

-Yo también creo eso, porque, o bien hacemos experiencias en el espacio transpersonal, o no vamos a poder sobrevivir como especie humana.

-¿Qué significa experiencia transpersonal?

-Nuestra personalidad es un logro de la evolución, pero al mismo tiempo significa una limitación. Nuestra conciencia tiene que ampliarse. Nos hemos desarrollado desde una conciencia prehomínida y de allí evolucionamos hacia una conciencia mágica, luego mítica, luego mental racional, pero no podemos quedarnos ahí.

-¿Qué es ese ahí?

-Provenimos de un paraíso en el que alguna vez nos sentimos en una unidad simbiótica con la naturaleza, y lo que llamamos pecado original no es otra cosa que el haber desarrollado la conciencia individual fuera de esa simbiosis. Pero, apenas salimos de ella y pudimos decir tú y yo, empezó a matar Caín a Abel. Desde entonces nuestra especie no ha hecho otra cosa que matarse mutuamente y eso se ha agravado muchísimo. Hemos llegado a un punto donde no sabemos cómo va a seguir esto. En el siglo pasado se mataron mutuamente cien millones de personas y ninguna moral surtió efecto.

-¿Por qué?

-Esas frases de «debes hacer», o «tienes que», no han hecho adelantar a nuestra especie humana para nada. Los grandes profesores y sacerdotes del mundo fueron un fracaso en este sentido. No estoy en contra de los profesores o de los sacerdotes, pero sus enseñanzas no han ayudado a los hombres.

-¿Alternativas?

-Tenemos en nuestro interior posibilidades para comprender la realidad de un modo que no puede abordarse con la razón. Nuestra conciencia personal supone un gran logro de la evolución, pero al mismo tiempo supone una limitación. Caer en la cuenta de esa limitación es esencial para nuestra especie.

-¿Cuál es esa limitación?

-Creemos que la conciencia del «yo» supone la única posibilidad de comprender. Pero eso es igual de tonto que cuando creíamos en el pasado que la Tierra era el centro del universo. Con esa concepción nos hemos orientado hacia un gran egocentrismo, que es la fuente de todos los males que conocemos en el mundo. El egocentrismo nos ha llevado al borde de la desaparición.

-¿Cómo superarlo?

-Para salir de esa limitación hay que entrar en el nivel de la unidad. Entonces vemos que somos uno con todo y que sólo existe uno. Una red de pescador consiste en muchas mallas y una malla sola no tiene sentido. Cada uno tiene sentido en la totalidad.

-Pero algunas religiones ya predican el amor al prójimo.

-Las religiones predican el amor y dicen «debes amar a tu prójimo igual que a ti mismo», pero no nos han ayudado las religiones para dar ni un paso hacia adelante. Decimos «mi religión», «mi confesión», ...egoísmo, ...y los que no estaban de acuerdo fueron quemados. Eso sigue igual en el presente: sunnitas y chiitas, judíos y musulmanes, fundamentalistas en la Iglesia católica. Todos dicen «yo, yo, yo...». Todos los problemas del mundo resultan de ese egocentrismo.

-¿Nada han contribuido las religiones?

-Sólo cambiaremos si entramos en un nivel nuevo de conciencia, en el espacio transpersonal. Superar las limitaciones del yo es algo que la mística de Oriente y de Occidente siempre han sabido hacer, pero se puede hacer en las religiones y también fuera de las religiones. La mayoría de las personas buscan fuera de sus religiones.

-Las religiones también han evolucionado.

-Las reformas en las religiones han sido como cambiar los muebles de un mismo piso. Lo hemos hecho muchas veces y no ha servido de nada. Lo que tenemos que hacer es subir un piso más arriba en la experiencia de lo religioso.

-¿Qué hay en ese piso?

-Un nuevo nivel de la conciencia. Se trata de ser más plenamente humano. Hay que preguntarse qué sentido tienen esos pocos decenios de mi vida en un universo de miles de millones de años. Ese sentido es que debo ser plenamente ser humano, y ahora lo voy a decir en la manera cristiana: Dios quiere ser persona en mí, tal como soy en este momento, con esta figura que tengo. Es el único motivo por el que existimos. Por eso bailo esa danza de la vida, pero no soy yo el que está bailando, sino que estoy bailado. Dios se baila a sí mismo en mí. El maestro Eckart dice que Dios se saborea a sí mismo en las cosas. Ése es el motivo de mi existencia.

-¿Y lo transpersonal?

-Yo tengo una importancia sin igual. Por eso dice Eckart que si no estuviera yo, Dios no sería. Por eso tengo un significado único con mi vida, con esos pocos decenios en medio del universo. Mi ser verdadero no es la conciencia del yo, sino algo que no nace y no muere. Lo que soy en lo más intimo es algo que seguirá cuando mi cuerpo físico haya muerto. Y no soy el único que está bailando, sino que bailan conmigo muchas personas, que tienen la misma importancia que yo. Cuando experimento esto, mis actuaciones serán diferentes.

-¿Cómo se hace uno místico?

-La mística es una forma de oración, un camino de oración. Existen diferentes formas de oración y la mística es uno de esos caminos. Y muchos cristianos llegan a una frontera con su oración verbal dirigida hacia un Dios personal y entonces entran en una nueva forma de oración, y esa oración es una nueva experiencia de lo que llamamos Dios.

-Esa oración, ¿es la contemplación?

-Eso es lo que la tradición llama oración contemplativa, y lo conocemos de Santa Teresa de Jesús, de San Juan de la Cruz, de Francisco de Osuna... Hay un camino donde se enseña esa religión mística. Todas las religiones conocen dos formas de oración, una esotérica y otra exotérica. Las religiones, como el budismo, cristianismo, judaísmo, hinduismo e islamismo, tiene sus sagradas escrituras, sus dogmas, ritos, liturgias y esa forma de religiosidad se reza de forma exotérica. «Exoteros», en griego, quiere decir «desde fuera», y el rezo verbal o meditar sobre un texto serían la oración exotérica. En esa forma lo que hago es activar mis potencias psíquicas, como intuiciones, pensamiento...

-¿Y la oración esotérica?

-Todas las religiones también tienen una forma esotérica de oración. El budismo ha desarrollado las formas del zen y del Vipassana; el hinduismo ha desarrollado las diferentes formas del yoga; en el islamismo conocemos el sufismo, y en el cristianismo tenemos la mística, que también es la contemplación. «Esoteros» significa «desde dentro» y en la forma de oración esotérica hago lo contrario: voy sosegando toda actividad mental, intento sosegar las potencias psíquicas, como memoria, voluntad y entendimiento, para que pueda irrumpir lo que está detrás de ello.

-¿Por qué se perdió en el catolicismo la contemplación?

-La Iglesia católica dice que esa forma de oración contemplativa es una oración privada y no le gusta. Quiere que todos tengan la misma práctica que la Iglesia ha fijado. Todas la religiones teístas, como el Cristianismo, el Islam y el Judaísmo, tienen problemas con lo que es la mística.

-¿Miedo a que la persona entre en contacto directo con Dios?

-La institución de la Iglesia teme perder el control.
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sábado, julio 29, 2006

Controlar un robot con el pensamiento

El de la foto es Matthew Nagle, un muchacho estadounidense de 26 años que es tetrapléjico debido una puñalada que recibió en el cuello. Se le implantó un dispositivo electrónico en el cerebro que le permite manejar con la mente algunos artefactos tecnológicos. La noticia parece el argumento de alguna novela de ciencia ficción, pero es algo que se está dando.

Aquí les copio la noticia, tomada del periódico argentino "La Nación" (publicado el 13 de julio de 2006):

Utilizando un chip implantado en el cerebro

Un hombre logró controlar un robot con el pensamiento

El sensor detectaba las señales eléctricas de las neuronas que hacen mover el brazo

NUEVA YORK (The New York Times).- Un hombre tetrapléjico con un pequeño sensor implantado en el cerebro logró controlar una computadora, una televisión y un robot utilizando sólo sus pensamientos.

El desarrollo -publicado hoy en Nature- ofrece esperanza de que en el futuro personas con daño en la médula espinal, la enfermedad de Lou Gehrig y otras condiciones que impiden el movimiento puedan comunicarse mejor o controlar su mundo. "Si su cerebro puede hacerlo, podemos llegar hasta él", dijo John P. Donoghue, profesor de la Universidad Brown, que lideró el trabajo.

La primera persona en recibir el implante, Matthew Nagle, fue capaz de mover un cursor, abrir mensajes electrónicos, jugar un sencillo juego de video llamado Pong y dibujar un círculo en la pantalla. Pudo cambiar de canal o modificar el volumen de la televisión, mover un brazo robótico y abrir y cerrar una prótesis de mano.

"Prácticamente, lo dominé en cuatro días", dijo Nagle, de 26 años, durante un diálogo telefónico desde el New England Sinai Hospital and Rehabilitation Center de Stoughton, Massachusetts. Agregó que el implante no causaba ningún dolor.

Ex estrella de fútbol de la escuela secundaria, Nagle quedó paralizado desde los hombros después de haber sido apuñalado en el cuello durante una pelea en la playa, en julio de 2001.

El trabajo de Nature es la primera publicación en una revista con referato de un experimento que emplea este tipo de dispositivos en un ser humano. El estudio ayuda a desplazar estas "prótesis neuromotoras implantables" de la ciencia ficción hacia la realidad, escribió Stephen H. Scott, de la Universidad Queen, en Canadá, en un comentario que se publica en la misma edición.

El implante, conocido como BrainGate, está siendo desarrollado por Cyberkinetics Neurotechnology Systems, de Foxborough, Massachusetts. Actualmente, la compañía lo está probando en otras tres personas. Timothy R. Surgenor, su presidente, dijo que esperan tener un implante aprobado para 2008 o 2009. Donoghue es cofundador de la empresa y su principal investigador.

El sensor mide cuatro milímetros de lado y contiene 100 diminutos electrodos. Fue implantado en el córtex motor de Nagle, área responsable del movimiento del brazo, y conectado a una base que sobresalía de su cráneo. Cuando iba a utilizar el dispositivo, los técnicos conectaban la base a una computadora con un cable, de modo que Nagle quedaba directamente conectado a la computadora, como un personaje de la película "Matrix".

Entonces, se imaginaba que movía el brazo para alcanzar varias metas, mientras los técnicos calibraban la máquina, un proceso que llevaba alrededor de media hora cada vez. El sensor "espiaba" las señales eléctricas de las neuronas cercanas mientras éstas controlaban el movimiento imaginario del brazo.

Los científicos dijeron que el estudio es importante porque muestra que las neuronas del córtex motor de Nagle estaban todavía activas años después de haber perdido su papel en el movimiento físico de los brazos.

Nagle acertaba en el blanco entre el 73 y el 95% de las veces y tardaba alrededor de dos segundos y medio. Las personas sanas aciertan el 100% de las veces y tardan un segundo.

Pero para el doctor Jonathan R. Wolpaw, investigador del Departamento de Salud del Estado de Nueva York, Albany, la efectividad del BrainGate no es sustancialmente mejor que un sistema no invasivo que está desarrollando y utiliza electroencefalografía, con electrodos ubicados en el exterior del cuero cabelludo. "Si uno va a tener algo implantado en el cerebro, quiere que sea mucho mejor", afirmó.

Donoghue y otros defensores de los implantes dicen que pueden hacerlos mucho mejores, porque están mucho más cerca de las neuronas importantes. Los electrodos ubicados sobre el cuero cabelludo reciben señales de millones de neuronas de todas partes del cerebro.

Otro trabajo que se publica en la misma edición de Nature sugiere una forma de mejorar los implantes: en un experimento con monos, utilizaron sensores que no detectan las neuronas que controlan el movimiento, sino las que expresan la intención de moverlo. Un paciente que utilizara este sistema podría tipear 15 palabras por minuto, a alrededor de cuatro veces la velocidad de otros dispositivos.

Sin embargo, restan varios obstáculos antes de que los implantes cerebrales sean un recurso de rutina.

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viernes, julio 28, 2006

Tao-Te-Ching 5



Cielo-y-Tierra no tiene sentimientos; trata todas las cosas como perros de paja.
El Sabio no tiene
sentimientos; trata a toda su gente como perros de paja.
Entre el Cielo y la Tierra parece haber un Fuelle: está vacío, pero es inagotable; cuanto más trabaja, más sale de él:
Más vale buscarlo en tu interior.


[Traducción de John C. Wu, Lao Tse, Tao te King, Madrid, Edaf, 1993]

«El Cielo-y-Tierra (el universo) no tiene sentimientos; todas las cosas son para él como perros de paja. El sabio no tiene sentimientos; la gente es para él como perros de paja».

Los perros de paja se usaban en la antigua China como elementos ceremoniales en rituales religiosos. Una vez que se ofrendaban al Cielo eran tirados en el fuego.

Hay verdades que nos parecen duras y nos negamos a aceptarlas. Una de ellas es que el universo carece de sentimentalismos. Se rige por leyes inexorables. Si vas contra esas leyes habrás de sufrir las consecuencias. Así de sencillo.

La naturaleza es sabia y arregla todo en base a una mecánica que está más allá de nuestra comprensión. Ella, la naturaleza, está "más allá del bien y del mal". Está desnuda de todo relativismo moral humano. El sabio entiende esto y lo acepta.

Cuando vemos que un águila caza a un indefenso conejito, nos parece terrible. ¿Qué pasaría si alguien “muy sentimental” tuviera el poder de lograr que las águilas no cazaran más conejos? ¿Te imaginas el desastre que se desprendería de ese acto de sentimentalismo?

Muchas águilas no tendrían para alimentar a sus aguiluchos, y terminaría mermando considerablemente su especie en ciertas zonas. Los conejos se multiplicarían desmesuradamente en algunos lugares, y comerían más plantas. Podrían agotar la vegetación de zonas enteras, acabando con otras formas de vida que se quedarían sin alimentos… y a la final, los mismos conejos de esas áreas terminarían extinguiéndose, al fallar el equilibrio ecológico. ¿Lo ven? En este caso el sentimentalismo resultaría muy destructivo.

Por eso el sabio taoísta se sintoniza con el universo y mantiene limpia su mente de sentimentalismos. Él está “más allá del bien y del mal” relativos.

En el Bhagavad Gita, Krisna le reprocha a Aryuna su debilidad sentimentalista:

«Te afliges por quienes no lo merecen, y tus palabras no son palabras de sabiduría. Un sabio no siente lástima por los que viven, ni tampoco por los que mueren. La vida y la muerte no son diferentes» (Bhagavad Gita 2:11).

Sin embargo, Krishna le pidió a Aryuna que combatiera en Kurukshetra para imponer la justicia. Tenía que cumplir su dharma (deber o misión), que consistía en defender la causa de Dios. Pero debía participar en la batalla con un alma limpia, sin odios ni sentimentalismos que entorpecieran su acción.

Un revolucionario también tiene un dharma: luchar por la justicia social. Debe combatir como Aryuna: actuar sin odio ni sentimentalismos, para ser más efectivo en el combate. Eso es sintonizarse con el Tao.

A los occidentales nos parece paradójica la idea de combatir en una batalla conservando la paz interior --aunque, en la historia de la filosofía occidental, tenemos el caso de la escuela estoica que exhortaba a vivir de acuerdo con la naturaleza (physis), manteniendo la ecuanimidad mientras realizamos nuestro deber--. En oriente siempre se ha considerado como una cualidad natural del buen guerrero.

«El espacio entre cielo y tierra, es semejante a un fuelle: Vacío y no se agota; cuanto más se mueve, más sale de él». El Tao es vacío y produce todo lo que existe.

Toda la materia se reduce a átomos, los cuales a su vez están constituidos por partículas subatómicas (protones, neutrones, electrones, etc.). Estas partículas son sumamente pequeñísimas, y entre las que componen el núcleo (protones y neutrones) y las que orbitan vertiginosamente alrededor (electrones) hay un espacio o vacío enorme en comparación con las mismas partículas.

Ahora, si consideramos que estas partículas ni siquiera son sólidas, sino que, más bien, son especies de “paquetes” de energía o vibraciones (para la física cuántica las partículas son ondas al mismo tiempo, y hasta hablan de “ondículas”). No hay solidez alguna. Sólo hay un vacío que vibra, y esas vibraciones forman el mundo. O dicho con palabras del maestro Lao: entre el Cielo (+) y la Tierra (-) sólo hay vacío que nunca se agota, y en su movimiento (vibraciones), a semejanza del aire dentro de un fuelle o de una flauta, crea las “diez mil cosas” (el mundo). Entre más vibra, más produce: Como el mar que, cuando se agita, “crea” olas…

«Quien más habla, menos le comprende. Es mejor buscarlo en el vacío interior». Entre más se trate de explicar el Tao, menos se capta. Para percibirlo hay que estar en la “no-mente”, sintonizados con el vacío. El Tao es un dragón escurridizo…

Enlaces que recomiendo:

Tao Te King (V, VI): Excelente interpretación que hace el amigo Juanba de estos capítulos del Tao Te Ching.

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Chistes matemáticos 1

La matrix se relaciona estrechamente con las matemáticas. Los pitagóricos buscaban trascender la mente a través del misticismo matemático.

Para el neurólogo Karl Pribram, de la Universidad de Stanford, y el físico David Bohm, de la Universidad de Londres, «nuestros cerebros construyen matemáticamente la realidad "concreta" al interpretar frecuencias de otra dimensión, una esfera de realidad primaria significativa, pautada, que trasciende el espacio y el tiempo. El cerebro es un holograma que interpreta un universo holográfico».

Confieso que siempre he sido pésimo en la ciencia de los números (a pesar que mi padre es profesor de Física y Matemáticas). Pero me gustaría comenzar con una serie de posteos que reúnan chistes matemáticos que hasta yo pueda entender.

Para arrancar con dicha serie, me gustaría publicar este par de chistes gráficos que encontré en internet y que me recordaron mis exámenes en la Escuela de Economía de la UCV.

Para ver las imágenes más grande deben pinchar sobre ellas.


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miércoles, julio 26, 2006

Enlaces de un MATRIXNAUTA

Este posteo estará en constante transformación. Aquí iré añadiendo enlaces en los próximos días.

A los amigos o amigas que quieran que modifique el banner que linkea a su blog, avísenme y se hará el cambio que ustedes soliciten.

Bitácoras de amigos místicos:





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martes, julio 25, 2006

Tao-Te-Ching 4



El Tao es como una taza vacía que, al usarse, nunca se puede llenar.
Insondable, parece ser el
origen de todas las cosas.
Embota las aristas afiladas, deshace los enredos, armoniza todas las luces, une al mundo en un todo.
Oculto en las profundidades, parece existir eternamente.
Ignoro de quién es hijo; parece ser el antepasado común a todos, el padre de las cosas.


[Traducción de John C. Wu, Lao Tse, Tao te King, Madrid, Edaf, 1993]

«El Tao es vacío, entonces, aunque se lo use no se colma». La vacuidad es un concepto fundamental para el taoísmo. También el budismo tiene al vacío (sunyata) como la realidad esencial de las cosas.

Oriente siempre ha valorado al vacío, mientras occidente se ha caracterizado por renegarlo: Aristóteles lo negó rotundamente, y sus seguidores abrazaron la fórmula del “horror vacui”, la cual sostiene que «la naturaleza aborrece el vacío». En el siglo XVII, investigadores como Pascal comenzaron a defender el concepto del vacío en la física; sin embargo, en la mente del hombre occidental, deformada por el aristotelismo y la cosmovisión judeo-cristiana, todavía se mantiene el terror hacia la idea del vacío infinito. En Oriente es un placer positivo.

Experimentar la Realidad es experimentar el vacío infinito del Tao: «Arriba, ni una teja para cubrir la cabeza; abajo, ni un centímetro de tierra donde asentar el pie».

«Abismal. Parece el fundamento de las diez mil cosas». El Tao es el abismo donde se originan los “diez mil seres” (todo el universo).

«El ideograma que usa Lao tse es: yüan. Tiene las significaciones de torbellino de agua y de profundidad.» (Carmelo Elorduy)

¿Será el Kaos primigenio, común a muchas cosmovisiones occidentales, de donde surge la existencia?

«En la mitología griega, el Caos o Khaos es el estado primitivo de existencia del que surgieron los primeros dioses. En griego es Χάος o Χάεος, que significa ‘vacío que ocupa un hueco’» (Wikipedia)

«Lima lo afilado. Desanuda lo embrollado. Modera lo brillante. Junta el polvo». ¿El Tao es como la Harmonía de la mitología griega?

«Profundo. Parecería existir. No sé de quién es hijo. Parece ser anterior al Cielo». Es antes que todo, incluso antes que el Ser.

El Tao, insisto, es como un Dragón escurridizo que remonta las nubes. Es vacío, abismal, profundo, anterior a todo… el Tao verdadero es… ¡el Tao verdadero!

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domingo, julio 23, 2006

El Tao verdadero es…

Un viejo maestro yacía sobre su lecho, rodeado por sus discípulos. Estaba a punto de abandonar la matrix, es decir, "este mundo".

Algunos de sus pupilos le preguntaron:

--Maestro, te tenemos por el hombre más sabio y nos consta que has penetrado en el conocimiento del Tao. ¿Podrías decirnos en este momento qué es el Tao verdadero?

El anciano abrió lentamente sus ojos, y en su semblante se dibujó una sonrisa. Sonriendo les respondió:

--El Tao verdadero es… el Tao verdadero.

Al instante murió. Los discípulos quedaron perplejos, mirándose las caras unos a otros con desconcierto. Todos, a excepción de uno, cuyo rostro delató un estado de profundo sosiego y pleno gozo –-porque había alcanzado la iluminación al escuchar las palabras de su maestro--.

Sus compañeros percibieron su estado de conciencia y le interrogaron:

--Dinos qué ha ocurrido en ti que vemos esa expresión en tu rostro y esa calma en tu ánimo.

--He tenido la revelación del Tao verdadero --respondió el iluminado discípulo.

Ante esto, los demás le suplicaron:

--Si es así como dices, te rogamos que compartas con nosotros esa verdad que has alcanzado, ya que el Maestro no nos respondió de un modo satisfactorio.

El discípulo los miró, y con una leve sonrisa, les dijo:

- El Tao verdadero es… el Tao verdadero.
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sábado, julio 22, 2006

Tao-Te-Ching 3



No ensalzando a las personas de talento, harás que la gente abandone la rivalidad y la discordia. / No valorando bienes difíciles de conseguir, harás que la gente deje de robar y atracar. / No exhibiendo lo que todos codician, harás que los corazones de la gente permanezcan serenos.
Por eso, la manera de gobernar del Sabio empieza por:
vaciar el corazón de deseos,
llenar los estómagos de alimento,
debilitar
las ambiciones
y fortalecer los huesos.
De este modo, hará que la gente permanezca sin conocimientos ni deseos, y cuida de que los que saben no actúen.
Practica el No-Hacer, y todo será armonioso.


[Traducción de John C. Wu, Lao Tse, Tao te King, Madrid, Edaf, 1993]

En este poema, el maestro Lao predica el retorno a la vía natural y armoniosa.

«No ensalzar los talentos para que el pueblo no compita». El sistema de competencia es contrario al Tao, y lo que es contrario al Tao está divorciado de la naturaleza y la salud. La actual sociedad occidental está basada en el dogma de “ganar-perder” (para que unos ganen otros necesariamente han de perder: yo gano-tú pierdes). El Tao se levanta sobre la filosofía de “ganar-ganar” (todos ganamos al trabajar en armonía: yo gano-tú ganas). ¿Alguno recuerda los sufridos semblantes de la gente cuyo equipo fue derrotado en el mundial de fútbol reciente? Cuando los niños pequeños juegan al balompié, ninguno pierde y todos ganan en diversión. Pero los adultos imponen reglas de competencia y hacen que el juego se haga amargo para los perdedores.

«No estimar lo que es difícil de adquirir para que el pueblo no se haga ladrón. No mostrar lo codiciable para que su corazón no se ofusque». En nuestra sociedad de consumo, la industria publicitaria nos bombardea con toda clase de anuncios. Los expertos del marketing saben como crear necesidades artificiales en la gente. Seguro muchos recuerdan aquellas marcas de zapatos deportivos que se anunciaban en agresivas campañas publicitarias, causando furor en ciertos sectores de la juventud: hasta el punto que algunos jóvenes mataban a otros para robarle sus zapatos de marca.

«El sabio gobierna de modo que vacía el corazón, llena el vientre, debilita la ambición, y fortalece los huesos». Un sistema de gobierno que esté en armonía con el Tao, con lo natural, es aquel que desincentiva en la población el deseo por cosas vanas, consigue satisfacer las necesidades básicas del ser humano (alimento, vivienda, seguridad, etc.), desalienta el individualismo competitivo y procura el fortalecimiento de la salud del pueblo.

«Así evita que el pueblo tenga saber ni deseos, para que los más astutos no busquen su triunfo». Este “saber” o “conocimiento” que desaconseja el maestro Lao en el pueblo, en mi opinión, debe ser algo equiparable con la mentalidad consumista, individualista y competitiva que estimula la publicidad de falsas necesidades. En este caso “conocer” es dejarse acondicionar o alienar por apetencias que sólo confunden y crean frustración.

Un ejemplo hipotético que se me ocurre: Juan y Pedro son primos. Ellos nacieron en el campo. Juan se vino a la ciudad y Pedro se quedó llevando una vida de arriero. Juan “conoció” el sistema de necesidades de la capital, y sufre cuando no puede adquirir ciertos bienes de lujo (un carro último modelo, ropa de marca, mujeres muy codiciables…). En cambio su primo Pedro es muy feliz llevando la vida sencilla del campesino. Pregunto: ¿Quién de ellos está más cerca del Tao?

Algún cómico dijo en alguna ocasión: «Si tienes mucho dinero, eres feliz. Si tienes una mujer requetebuenísima, eres feliz. Quien no tiene ni lo uno ni lo otro, puede dormir tranquilo». Entonces, estamos hablando de una felicidad que no es tal.

El pobre que guarda mucha codicia en su corazón, no es feliz porque no tiene lo que quiere. El rico codicioso tampoco es feliz porque vive angustiado por conseguir más y, a la vez, en tratar de conservar lo que ya consiguió.

Hace dos mil años, un rabino “zen y taoísta” en tierras palestinas predicaba con estas palabras: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino, más bien, haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde los ladrones no minan ni hurtan: Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón» (Mateo 6: 19-21).

En esa misma línea nos aconseja el maestro Lao: «¡Ve lo Simple y abraza lo Primordial!¡Disminuye el yo y modera los deseos!» (Tao Te Ching: 19)

«Quien practica el no-obrar todo lo gobierna», esto no es otra cosa que si se gobierna con el Tao, aplicando el wu-wei, toda la sociedad retornará a la vía natural y será feliz. Eso es la política del Tao.

Enlaces que recomiendo:

Tao Te King (III, IV) por Juanba (Perdido en Maya):

No piense y hágase rico de Carlos Luis Blanco (Revelado y Rebelado)

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viernes, julio 21, 2006

El elefante en la oscuridad


El poeta sufí Mulana Rumí, en su libro místico El Masnawi, cuenta la historia de un elefante que llevaron unos hindúes a un pueblo persa.

El cuento dice más o menos así:

La gente de aquella aldea jamás había visto un animal semejante, y algunos, llenos de impaciencia por conocer a la portentosa bestia, se fueron al establo donde ésta se encontraba.

Era de noche y el lugar estaba a oscuras, y los curiosos no tomaron la precaución de llevar lámparas con ellos. Así que decidieron conocerlo por medio del tacto.

Cada uno de ellos palpó una parte distinta del elefante, y se hicieron su propia idea del animal.

Después de esto, los intrépidos curiosos salieron del establo y narraron a otros lo que creían que era el elefante:

--Ese animal es como una manguera –dijo aquel que tocó la trompa.

--No, no es así –replicó el que había tocado una oreja--. Es más bien como abanico.

--Ambos están locos –intervino el que sintió el lomo del elefante--. Eso es como un trono.

--Los tres están mintiendo –espetó el que había tocado una de las patas--. La única verdad es que ese animal es como una columna.

--¡Qué equivocados están todos ustedes! –vociferó el que tanteó uno de los colmillos--. Eso era duro y afilado como una lanza.

--Que absurdo –expresó el que palpó la cola--. Esa cosa es sólo como una cuerda parecida a una serpiente con un plumero al final para espantar moscas.

Y así comenzó una discusión acalorada entre ellos, porque todos afirmaban ser poseedores de la verdad y acusaban a los demás de locos o mentirosos. Y cada uno decidió darle un nombre distinto al elefante.


********

Rumí añadía que si ellos hubieran tenido una vela encendida (una conciencia iluminada), no hubiesen tenido tantas diferencias de opinión entre ellos, ya que bajo la luz de la vela hubiesen podido contemplar directamente la forma completa del elefante.

¿Se imaginan si cada uno de estos hombres, en nombre de su propia y limitada descripción del elefante, hubiesen hecho la guerra a quienes tenían otra descripción?

Eso es lo que ocurre con los fanáticos religiosos que dicen ser poseedores únicos de la Verdad, y acusan a los demás de estar errados, en vez de sentarse a dialogar y buscar afinidades entre aquellos que tocaron una parte distinta del “elefante”.

********

El ojo sensorial es cual la mano:
no puede percibir todo el conjunto.
Un ojo tiene el Mar, otro la espuma;
deja la espuma y mira como el Mar.
Día y noche se mueve la marea;
la espuma tú miraste, mas no el Mar.
Cual barcas nos chocamos uno al otro,
con ojos ciegos aun en agua limpia,.
Tú, dormido en tu barco-cuerpo, ves el agua:
mira el Agua dentro del agua.
Un Agua tiene el agua, que la lleva;
el alma tiene un Alma, que la llama.

(Rumí)
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jueves, julio 20, 2006

Tao-Te-Ching 2



Cuando todo el mundo reconoce lo bello como bello, aparece la fealdad.
Cuando todo el mundo reconoce lo
bueno como bueno, aparece lo malo.
Ciertamente, lo oculto y lo manifiesto se generan el uno al otro.
Dificultad y facilidad se complementan entre sí.
Lo largo y lo corto manifiestan a su contrario.
Alto y bajo establecen la medida mutua.
la voz y el sonido entre sí armonizan.
El tiempo atrás y el delante se suceden mutuamente.
Por ello, el Sabio maneja sus asuntos sin actuar, y difunde sus enseñanzas sin hablar.
No niega nada a las innumerables cosas.
Las construye sin atribuirse nada.
Hace su trabajo sin acumular nada por él.
Cumple su tarea sin vanagloriarse de ella y, precisamente por no vanagloriarse, nadie se la puede quitar.


[Traducción de John C. Wu, Lao Tse, Tao te King, Madrid, Edaf, 1993]

En esa misma versión, comenta el traductor: «Según el Génesis, el inicio de la distinción entre el bien y el mal, lo bello y lo feo, marca el inicio del “pecado original”, es decir, de la separación y del comienzo de la dualidad».

Algo parecido me expresó mi amiga Rossana, en una ocasión que platicábamos sobre cuál habría sido en sí el pecado que sacó a la humanidad del paraíso.

El paraíso debe ser esa conciencia de Unidad, y el pecado parece que fue caer en la visión dual del mundo (comer de la fruta del "árbol del conocimiento del bien y del mal").

Cuando diferenciamos lo bello de lo feo, o lo bueno de lo malo, caemos en la visión dual del mundo. El hombre santo debe estar más allá de los pares de opuestos (bien y mal, placer y dolor, belleza y fealdad, etc.). En el Bhagavad Gita, Krishna exhortaba al guerrero Aryuna a que superase la dualidad para alcanzar la santidad iluminada.

Se llega a la iluminación cuando se trasciende la dualidad de la matrix, y se logra la Unidad (regresar al paraíso del Génesis). Eso es lo que enseña, por ejemplo, la doctrina del Advaita (palabra sánscrita que significa No-Dos).

Lo oculto y lo manifiesto se generan el uno al otro, es decir, el ser y el no-ser se engendran mutuamente. Ambos, ser y no-ser, no son dos: son uno. Eso es Tao. La tesis y la antítesis se resuelven en la síntesis.

«Lo fácil y lo difícil se complementan» dice el maestro Lao. Y el santo profeta del Islam, Mahoma, decía que «al lado de la dificultad está la facilidad».

«Lo largo y lo corto se forman el uno de otro. Lo alto y lo bajo se aproximan. El sonido y el tono armonizan entre sí». Nuestra cultura occidental y judeo-cristiana percibe la dualidad cósmica siempre en oposición: el bien versus el mal, la luz contra la oscuridad. En cambio, la cosmovisión taoísta ve a los pares de opuestos como complementarios (yang y ying, masculino y femenino, luz y sombra, ser y no-ser, cielo y tierra).

El símbolo del Yin-Yang transmite esa dualidad que se complementa y se resuelve en la Unidad.

Los contrarios taoístas son fases que se suceden cíclicamente (como el día y la noche). Esa misma concepción de la sucesión de contrarios se observa en el Bhagavad Gita:

«¡Oh, Arjuna! El mundo de los sentidos nos produce sensaciones de frío y de calor, de placer y de dolor. Todas estas sensaciones vienen y se van; son transitorias ¡Elévate sobre ellas, alma vigorosa! El hombre que no es afectado por los sentidos; ni por el placer ni por el dolor, éste es merecedor de vida eterna.» (Bhagavad Gita 2: 14-15)

Ya que los pares de opuestos son estados transitorios, que se alternan, Krishna pide a Aryuna que supere la dualidad:

«…¡Oh, Arjuna!… permanece en la Verdad que está más allá de todos los pares de opuestos. Ve más allá de las posesiones y las ganancias. ¡Recupera tu propia alma!» (Bhagavad Gita 2:45)

Estoy citando la versión de Julio Pardilla, “El Bhagavad Gita, Canto del Señor”. Pardilla comenta ese último verso y explica: «Trascender los pares de opuestos (dvandva); bueno-malo, positivo-negativo, placer-dolor. Superar tal limitación e instalarse en el dominio de la no-dualidad (advaitam), es lo necesario para lograr la unión con la Realidad Última».

Enseña el maestro Lao: «Por ello, el Sabio maneja sus asuntos sin actuar, y difunde sus enseñanzas sin hablar. No niega nada a las innumerables cosas. Las construye sin atribuirse nada. Hace su trabajo sin acumular nada por él. Cumple su tarea sin vanagloriarse de ella, y, precisamente por no vanagloriarse, nadie se la puede quitar.» Eso es Wu-Wei.

Juanba, un joven gurú que avanza por la compleja vía mística del silicio y de los electrones (la informática tiene mucho de misticismo), brinda una excelente explicación sobre la no-acción del sabio:

«El sabio adopta la actitud de no-obrar: "wu-wei" que en chino significa más que no-obrar el obrar sin intención. El hacer lo que corresponda sin apegarse a los resultados por obtener. Es por eso que en la vida del sabio, que no es alguien necesariamente inteligente sino más bien alguien con sabiduría y virtud, se le provee todo lo que necesita ("todas las cosas aparecen sin su intervención").

"Nada usurpa ni nada rehusa", no es más que dejarse fluir en el río de la vida sin apegarse a ninguna de las dos orillas: ni a la de la felicidad ni a la de la desdicha, que no son más que una dualidad relativa más, caras de una misma moneda. Y las últimas tres líneas no hablan más que de la virtud de todo aquel que obra con vocación en cualquier cosa que haga, aquel que no espera gloria ni reconocimiento por lo que hace para así no alimentar al "ego" que dista de ser lo que realmente somos.»
(Juanba, Perdido en Maya)

También el Bhagavad Gita nos habla sobre la no-acción del hombre sabio, que actúa sin apegarse a los frutos de la acción (vean las similitudes entre el sabio hindú y el sabio taoísta):

« ¿Qué es la acción? ¿Qué es la inacción? Incluso algunos sabios no ven diferencia entre ambas. Te enseñaré la Verdad que hace que una acción sea pura, y esta Verdad te hará libre.
« Así sabrás qué es la acción, al tiempo que reconocerás qué es una acción mala. Y también aprenderás una acción que se realiza en silencio: misterioso es el sendero de la acción.
« El hombre que trabaja en silencio, y que sabe que el silencio es trabajo, sin duda es un iluminado y en su trabajo encuentra paz en verdad.
«Aquél cuyas intenciones están libres del deseo y la codicia, y que ha quemado ya todo su karma en el fuego del Conocimiento: a tal hombre llaman sabio aquéllos que pueden ver.
«Un hombre tal, que ha renunciado al fruto de sus acciones, está siempre contento y libre de toda dependencia; y aunque interviene en la acción, él no actúa.
«Sin esperar nada a cambio, él actúa solamente con su cuerpo, manteniendo su mente bajo control, entregando todo lo que tiene: de este modo, él queda libre de pecado.
«El se contenta con cualquier cosa que el destino le depara, pues está más allá de la dualidad de este mundo. Se muestra íntegro tanto en el éxito como en el fracaso, sin ningún síntoma de celos. Sus acciones no le atan.
«Esto es liberación: Su mente ha encontrado paz en la sabiduría y está libre de toda atadura, sus obras son actos de amor devocional. Las acciones de un hombre así son puras.»
(Bhagavad Gita 4: 16-23, versión de Julio Pardilla)

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miércoles, julio 19, 2006

Tao-Te-Ching 1



Del Tao se puede hablar, pero no del Tao eterno. / Pueden nombrarse los nombres, pero no el Nombre eterno. / Como origen de cielo-y-tierra, no tiene nombre, pero como "la Madre" de todas las cosas, se le puede nombrar. / Así pues, oculto desde siempre, hemos de contemplar su esencia interna. / Pero manifestándose continuamente, hemos de contemplar sus aspectos externos. / Los dos fluyen de la misma fuente, aunque tengan nombres diferentes; y a ambos se les llama misterios. / El Misterio de los misterios de la Puerta de toda esencia.

[Traducción de John C. Wu, Lao Tse, Tao te King, Madrid, Edaf, 1993]

El Tao es como un dragón escurridizo que cuanto más trato de atraparlo, más rápido se escapa.

Si quiero apresarlo en una palabra, en un concepto, en algo que me permita manejarlo y cabalgarlo, más veloz vuela y se pierde, porque «el Tao que puede ser expresado no es el verdadero Tao. El nombre que se le puede dar no es su verdadero nombre.»

No puedo definirlo, someterlo, encerrarlo en una palabra o concepto. El Tao es infinito, ilimitado, inconmensurable; por eso no se puede encerrar en una palabra o concepto limitados.

Tratar de atrapar el Tao en la mente humana es como aquella historia que se cuenta sobre un santo católico que, mientras un día caminaba por la playa, iba pensando en el misterio de la Santísima Trinidad. Trataba de comprenderlo, de desentrañar el misterio con su mente analítica.

En medio de esas cavilaciones, encontró a un niñito que había excavado un pequeño hoyo en la arena y trataba de llenarlo con el agua del mar. El niñito corría hacia el mar y recogía un poquito de agua en una concha marina, y regresaba corriendo a verter el líquido en el hueco, repitiendo esto siempre. Aquello llamó la atención del santo, quien lleno de curiosidad le preguntó al niño sobre lo que hacía:

--Trato de meter toda el agua del mar en este hoyo –le respondió el niñito al santo.
--Pero eso es absurdo, pequeño –replicó el santo--, ¿cómo piensas meter todo el agua del mar que es inmenso en un hoyo tan pequeño?
--Al igual que tú, que pretendes comprender el misterio de Dios, que es infinito, con tu mente finita…

Y en ese instante, el niñito desapareció.

Así mismo es el intelecto: un hoyito finito que no puede contener al mar infinito del Tao.

Este misterioso Tao, nos dice el maestro Lao, no tiene nombre ("sin-nombre"=wu ming) cuando es el “origen del Cielo y la Tierra”, es decir, cuando hablamos del principio del universo. En ese momento es el “No-Ser”, la “Nada Primordial” de donde surgirá todo. Es el Ser-en-Sí-mismo, todavía no manifestado.

Y dice que cuando el Tao es “Madre de los diez mil seres”, se le puede nombrar ("con-nombre"= you ming). Es el Ser que se manifiesta, y es inmanente en los seres que de Él dimanan. En el texto del Tao, cuando se habla de “diez mil seres” o “diez mil cosas” se refiere a todo lo creado. El No-Ser y el Ser se alternan en un ciclo infinito (algo así como los “días” y las “noches” de Brahma, o el “Big Bang” de los astrónomos).

Pero ambos estadios son el mismo Tao.

¿Cómo atrapar a este dragón que sobrevuela las nubes? El maestro Lao parece decir que desde el “no-ser” comprendemos su esencia y desde el ser, sólo vemos su apariencia. ¿Será que para conocerlo tengo que llegar al “no-ser”? Es decir, trascender la ilusión del ego (que me hace creer que soy un ente separado del Todo) para contemplar su esencia; porque, desde el “ser” sólo captamos su apariencia (maya hindú o la matrix).

El No-Ser (wu) y el Ser (you) tienen el mismo origen, aunque se les ponga distintos nombres. Ambos son el mismo Tao.

La permanente ausencia de deseos (wu wu), permite contemplar su esencia escondida; es decir, aquel que ha alcanzado la santidad en el sentido taoísta. Pero, en cambio, la constante presencia del deseo (you wu), lleva a contemplar sus manifestaciones; o sea, el que es prisionero de la matrix.

Esto me lleva a pensar que lo que diferencia al no-ser del ser, es el nivel de percepción que nos permite nuestra conciencia. Ambos niveles son misteriosos, y son una misma realidad.

«El Misterio de los misterios de la Puerta de toda esencia»… creo que resolver este acertijo es encontrar la llave para escapar de la matrix y alcanzar el “wu ming”, es decir el estado de lo Innominable al cual se llega trascendiendo la propia mente.

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domingo, julio 16, 2006

Tao-Te-Ching

El Tao-Te-Ching (otros lo transliteran como Tao-Te-King o Dao-De-Ying) fue escrito, según la leyenda, por el maestro Lao hace cerca de 2600 años. Dicen que lo escribió sobre el lomo de un búfalo que iba cabalgando, y se lo obsequió a un guardia fronterizo, a pedido de éste, antes de desaparecer en las tierras del oeste.

Confucio describió perfectamente la naturaleza inaprensible del maestro Lao: «Al animal que corre por tierra se le coge con una trampa, al pez que nada en las aguas se le pesca con una red, al pájaro que vuela por los cielos se le caza con una flecha, pero al Dragón que se remonta por encima de las nubes, yo no sé como atraparlo. Yo he visto a Lao Tsé; él es como el Dragón». Lo mismo se puede decir de su enigmático Tao-Te-Ching: ¡¡Es tan escurridizo como un dragón volador!!

Muchos traducen el nombre del Tao-Te-Ching como “El libro de la virtud y del Tao”:

• () Tao o Dao: es difícil de traducir. Veamos. Esta descripción la conseguí en el prólogo de una versión del Tao-Te-King:

«El Tao es la acción expresada en la no-acción. El Tao es la no-acción expresada en la acción.»

«El Tao es la Totalidad Creadora manifestada en la Unidad que se oculta en la diversidad.»

«El Tao es el camino infinito que conduce al Tao.»

(Tao Te King, versión de John C.H. Wu y prólogo de Sebastián Vázquez Jiménez. Edaf, Madrid).

Bien. Aquí la cosa se pone algo complicada para expresar una idea que resulta tan abstracta. «El Tao que puede ser expresado no es el verdadero Tao».

*El Tao se relaciona con la idea de no-acción o wu-wei (que revisaré en un futuro posteo). Yo comparo esa idea del wu-wei con el planeo del águila en el cielo o con el surfear sobre las olas, o con el maniobrar un papagayo (cometa) en el aire. Es una técnica que no se puede describir porque es algo que se hace sin esfuerzo. Se siente el control y a la vez es como dejarse llevar. Lo que Mihaly Csikszentmihalyi llama “to flow” (fluir): como el riachuelo que corre o como el estado mental del niño que juega espontáneamente.

**También el Tao puede expresar la idea del Todo, del Uno que es la totalidad. Es como un océano en el cual el individuo que está bajo la ilusión del ego es una gota. Pero cuando desaparece esa ilusión de la separación (¿el nirvana?) la gota se hace una con el océano –en verdad nuca estuvo separada de él--. A muchos místicos occidentales les gusta asociar el Tao con la idea de Dios.

***Y asimismo podemos hablar del Tao como “camino”, “vía”, “arte”. En este sentido es igual que el “Do” japonés: Karate-Do (“la vía de la mano desnuda”), Ken-Do (“la vía del sable”), Bushi-Do (La Vía del guerrero), etc. En occidente ha salido toda una serie de literatura sobre el Tao como “vía”: El Tao del amor y del sexo, el Tao del dinero, el Tao de los negocios, el “Tao de Steve” (una película de un gordito que tiene mucho éxito con las mujeres aplicando unos principios estratégicos que llama su “Tao”). Por eso el Tao es el camino que conduce al Tao.

• () Te o De: se le traduce como virtud en el sentido de moral o ética, o también como una habilidad. Quizás un poco como la Virtù romana o renacentista que es extramoral.

• () Ching o Ying: se suele traducir como “libro” o “tratado”. Significa lo mismo que el sánscrito “sutra” (tejido o trama) y puede significar “gran libro”, “libro sagrado”.

****************
El libro del Tao-Te-Ching se ha dividido en 81 capítulos muy breves, y entre todos suman unos 5.000 caracteres chinos aproximadamente. El libro del Tao abarca desde el capítulo 1 al 37; y el libro del Te, del 38 al 81.

Enlaces

Dao De Jing (Wikipedia)

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El maestro Lao

El maestro Lao fue un personaje muy especial. En su paso por la matrix (lo que llamamos “nuestro mundo”) dejó algunas pistas enigmáticas para alcanzar el “despertar”.

De él se cuentan muchas cosas...

Su concepción fue mágica. Su madre al contemplar una estrella fugaz, según cuentan algunos, o al ser penetrada en su boca por un rayo de sol, según cuentan otros, quedó preñada sin haber perdido la virginidad.

La misteriosa concepción de este iluminado chino nos trae el recuerdo de otras concepciones milagrosas: La del príncipe indio Siddharta Gautama (el Buddha) que fue engendrado cuando su madre, la reina Maya, una doncella virgen, fue visitada en sueños por un elefante blanco; o la del rabino judío Yeshua ben Yosef (Jesús hijo de José), que nació por obra y gracia del Espíritu Santo que fecundó a la joven Marian (la virgen María). Y existen más ejemplos, pero los mencionaré en un futuro posteo.

Dicen algunos que su gestación llevó 72 años, y dicen otros que 81 (tantos como divisiones tiene su libro del Tao). Después de ser llevado por tantos años en el seno de su madre, ésta, mientras descansaba bajo la sombra de un ciruelo, le dio a luz bajo la axila izquierda. Así nació Laozi, con apariencia de anciano –rostro arrugado, con cabello y barba blancos— y la sabiduría de un viejo filósofo. Ese prodigioso nacimiento ocurrió hacia el 600 antes de nuestra era.

También se dice que el maestro Lao fue orejón, y por eso le llamaban Li-Ar (orejas de ciruelo) o Li-Tan (orejas largas). Pero sus seguidores le apodaban cariñosamente Lao-Tsé, el “maestro viejo” (Lao significa “viejo”, mientras Tsé o Zi es “maestro”).

El maestro Lao viajó por muchos lugares de oriente, y fue acumulando más sabiduría. Después regreso a China, y trabajó como archivista de la “Biblioteca Imperial de la corte de la Dinastía Zhou”.

En una ocasión, cuando el famoso Kong-Fu-Zi (mejor conocido en occidente como Confucio) visitaba esa biblioteca, se encontró con el maestro Lao y tuvieron una conversación muy interesante.

Después de aquel encuentro, Confucio estuvo muy silencioso durante unos días. Sus discípulos se llenaron de curiosidad y le interrogaron sobre su reunión con Laozi. Confucio les dijo: «Al animal que corre por tierra se le coge con una trampa, al pez que nada en las aguas se le pesca con una red, al pájaro que vuela por los cielos se le caza con una flecha, pero al Dragón que se remonta por encima de las nubes, yo no sé como atraparlo. Yo he visto a Lao Tsé; él es como el Dragón». ¡Así quedaría de impresionado ante la sabiduría del maestro Lao!

Tiempo después, cuando la decadencia y la corrupción cobraron fuerza en el reino de Zhou, el maestro Lao decidió dejar su cargo como funcionario del Estado y se dedicó a viajar.

Dicen que se montó sobre un búfalo de agua y viajó hacia el oeste, a través del estado de Qin. Esa es la tradicional imagen del maestro Lao cabalgando un buey azul que aparece con frecuencia en la iconografía taoísta.

Y antes de desaparecer adentrándose en la tierra de los bárbaros del oeste, un centinela lo retuvo en un puesto fronterizo. Dicen que el guardián reconoció al maestro y le conminó que dejara algo de su sabiduría por escrito. El maestro Lao accedió y redactó el Tao Te Ching, y se lo entregó al guardián. Éste luego vio al maestro alejarse hacia las tierras del sol poniente, montando a lomos de un buey azul.

Misteriosa fue la llegada del maestro Lao a la matrix, y misteriosa fue su partida. Pero nos dejó una serie de pistas y señales en ese enigmático libro que regaló al centinela fronterizo.

En próximos posteos estaré haciendo una lectura más intuitiva que analítica de algunas traducciones de ese texto del Tao Te Ching (en su lectura hay que poner más “corazón” que “intelecto”, o dicho en términos de psicología moderna, hay que aplicar más el hemisferio cerebral derecho que el izquierdo). Trataré de ir a la par que el amigo Juanba (autor del interesantísimo blog “perdido en maya”), quien arrancó hace unos días en la exploración de esos misteriosos versos del maestro Lao. Quienes quieran sumarse a ese recorrido, serán bienvenidos.

Enlaces

Laozi (Wikipedia)
Biografía de Lao Tse (Perdido en Maya)
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miércoles, julio 12, 2006

Tras la pista del conejo blanco

Wake up, Neo...
The Matrix has you...
Follow the white rabbit.
Knock, knock, Neo.


Aquellos que ya alcanzaron liberar su mente de la matrix nos han dejado pistas en muchas partes, sobre todo en las tradiciones sagradas y místicas de todos los tiempos.

Se ha creado un espacio electrónico para intercambiar informaciones sobre esas pistas o huellas (las pistas del "conejo blanco").

Ellas nos pueden indicar el camino hacia la liberación...

Si quieres partipar en este foro haz clic en la imagen de abajo:

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martes, julio 11, 2006

¿Existe el sonido aun si no hay quien lo escuche?

«¿Cuál es el sonido de un árbol que cae en un bosque solitario?»

(Antiguo koan del budismo zen)



«…no hay apariencia, no hay sonido, no hay olor, no hay gusto, no hay tacto…»

Prajnaparamita Sutra o sutra del corazón de la perfección de la sabiduría



«…la clase de mundo que vemos depende de la estructura del órgano sensorial que utilizamos para percibirlo.

«En otras palabras, las cualidades del mundo exterior (su peso, color, textura, etc.) sólo le pertenecen en relación con el organismo que las percibe. La estructura misma de nuestro sistema óptico confiere luz y color a la energía exterior.

«Ahora tenemos una base totalmente nueva para responder la vieja adivinanza: Si un árbol cae en un bosque en el que no hay nadie que escuche, ¿hace ruido? La respuesta, en términos científicos modernos, es perfectamente clara. El árbol que cae crea vibraciones en el aire y éstas se convierten en ruido si y solamente si, se relacionan con un tímpano y un sistema nervioso auditivo.

«De la misma manera, un tambor común no suena si no tiene parche, por fuerte que lo golpeemos. El sonido no es algo que exista en el mundo exterior. El sonido es una relación entre las vibraciones del aire y ciertas especies de organismos biológicos. Son estos organismos los que otorgan lo que llamamos sonido a las vibraciones, que no harían ruido alguno en un mundo sin oídos.»


Alan Watts (1915-1973), filósofo y escritor inglés radicado en Estados Unidos.



«Cuando un objeto (emisor) vibra, hace vibrar también al aire que se encuentra alrededor de él. Esa vibración se transmite a la distancia y hace vibrar (por resonancia) una membrana que hay en el interior del oído, el tímpano, que codifica (convierte) esa vibración en información eléctrica. Esta información se trasmite al cerebro por medio de las neuronas. El cerebro decodifica esa información y la convierte en una sensación. A esa sensación se le denomina "sonido".»

Concepto de “sonido” en Wikipedia



«Lo real son simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro»

Morfeo en el filme "The Matrix"

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sábado, julio 08, 2006

¿Es el ser humano un virus?



Agente Smith: «Quisiera compartir una revelación que he tenido durante el tiempo que he estado aquí. Me llegó cuando trate de clasificar tu especie: Me di cuenta que realmente ustedes no son mamíferos. Cada mamífero en este planeta desarrolla instintivamente un equilibrio natural con el ambiente que lo rodea, pero los seres humanos no.

[Los humanos] se trasladan a un área, y se multiplican, y multiplican, hasta consumir cada recurso natural. La única forma de sobrevivir es instalarse en otra área. Existe otro organismo en este planeta que sigue el mismo patrón: El VIRUS. Los seres humanos son una enfermedad, un cáncer para este planeta, una plaga…
»

(Palabras del agente Smith mientras tortura e intimida a Morfeo, en la película The Matrix, 1999)

¿Tendrá razón el agente Smith? ¿Será posible que nosotros los humanos seamos comparables con los virus? ¡¿El hombre es un virus, una enfermedad, un cáncer, una plaga para el planeta?! ¡Qué comparación tan terrible!

Voy a seguir el método de siempre: comenzaré por las definiciones que señalan los diccionarios.

• «El virus es un microorganismo de estructura simple, constituido por ácido nucleico (ADN o ARN) y proteína, que necesita multiplicarse dentro de las células vivas y es causa de numerosas enfermedades --la gripe y el sida son enfermedades causadas por virus.»

El ser humano es experto en multiplicarse (ya superamos los 6 millardos de individuos en el planeta). Según la Biblia, Dios dijo «sean fecundos y multiplíquense y llenen la tierra y sométanla», y de paso «infundirán temor y miedo a todos los animales de la tierra» (eso dice el Génesis). En ese sentido, el hombre ha sido muy obediente.

También somos expertos en causar enfermedades: la madre Tierra adolece de recalentamiento global, efecto invernadero, lluvia ácida, contaminación, desequilibrios ecológicos, extinción de especies, y un largo, larguísimo etcétera. El ser humano inventó un sistema al que llamó “capitalismo” que permite acabar más rápido con la vida planetaria.

Entonces, tenemos en común con los virus el que buscamos multiplicarnos rápidamente y que causamos enfermedad en el organismo donde vivimos (en nuestro caso es la madre Tierra). El agente Smith hizo una muy buena comparación.

• «La enfermedad es una alteración de la salud del todo». Y la especie humana, en los últimos siglos, ha estado alterando el equilibrio del planeta (y sueña con alterar al de las galaxias en un futuro). Parece que Mr. Smith vuelve a tener razón.

• «El cáncer es una proliferación acelerada, desordenada e incontrolada de las células de un tejido que invaden, desplazan y destruyen, localmente y a distancia, otros tejidos sanos del organismo». Y eso pasa porque las células que actúan así dejan de funcionar en armonía con el resto del organismo. Digamos que se vuelven “capitalistas” y buscan “desarrollarse” a costa de la salud del todo. Son células individualista y egoístas, y no se dan cuenta que al crecer de esa manera terminarán matando al cuerpo donde viven, y por lo tanto, aniquilándose ellas mismas. ¿Sería que el señor Smith tenía en mente el modelo “desarrollista” del norte cuando acusó a la especie humana de ser un “cáncer”?

Y, pensando en el comportamiento de las células cancerígenas, que se desarrollan de manera tal que destruyen al cuerpo entero, matándose ellas mismas a la final, recuerdo el comportamiento autodestructivo de la especie humana –creo que somos la especie autodestructiva por excelencia: el tabaquismo, el alcoholismo, la drogadicción, la obesidad,… al parecer son infinitas las maneras que tenemos para aniquilarnos como individuos y como especie.

• «La plaga es una calamidad grande y pública. Un daño grave. Abundancia de algo perjudicial, por ejemplo, de animales y organismos que afectan gravemente a la agricultura».

Ejemplos de ese tipo de comportamiento sobran: la llegada del hombre blanco y “cristiano” al continente americano, la invasión a Iraq por parte de la “plaga” imperialista yanqui o la actual agresión genocida contra el pueblo palestino en Gaza por parte de la “plaga” sionista israelí. Hasta nuestros días, parece que la peor plaga es el hombre mismo.

Sin embargo, creo que no es justo aplicarle a toda la especie humana esa comparación, pues resulta que las sociedades "primitivas" --así las clasifica el “civilizado” hombre-virus --, tales como las de algunas etnias indígenas sudamericanas o las de los aborígenes australianos, por ejemplo, no manifiestan un comportamiento destructivo hacia su medio ambiente.

Eso me lleva a pensar que el "hombre-virus", ese que impone a sangre y fuego la “macdonalización” del mundo, es la enfermedad. Por eso veo la formación de un nuevo socialismo (el socialismo del siglo XXI) como la única alternativa que nos queda para salvar el planeta.

Quizás, quienes militan a favor de una propuesta socialista sean una especie de anticuerpo que detenga el avance de la enfermedad capitalista. Puede ser…
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martes, julio 04, 2006

El cerebro en una cubeta

Veamos si puedes imaginar esto: eres una persona a la que un científico desquiciado ha extraído el cerebro. Dicho órgano es colocado dentro de un recipiente especial que contiene un líquido con nutrientes que permitirá mantenerlo con vida. Las neuronas de tu cerebro han sido conectadas por medio de cables a una supercomputadora

Este aparato, de tecnología altamente sofisticada, trabaja con un programa que genera en tu mente la ilusión de que tu vida transcurre de manera normal. Pero, en realidad, la falsa percepción sensorial de tu mundo ilusorio es resultado de los impulsos eléctricos que llegan a tu cerebro.

Recordemos aquel planteamiento que hace Morfeo a Neo en la película The Matrix: «¿Qué es real? ¿Cómo defines lo real? Si estás hablando de lo que puedes sentir, lo que puedes oler, lo que puedes saborear y ver, entonces lo real son simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro.»

La siniestra computadora simularía una realidad virtual. Cuando quieras mover una mano, por ejemplo, la computadora producirá la ilusión adecuada para que sientas que manejas la mano según tu voluntad. Incluso, este mismo momento en que lees estas palabras podría ser una simulación producida por ese complejo software que te haría caer en la ilusión de que estas haciendo lo que crees que estás haciendo. Entonces ¿Cómo harías para probar lo contrario? ¿Existe una manera en que puedas demostrar que no eres un cerebro metido en un frasco por algún científico maniático? ¿Tienes alguna forma de comprobar que no eres un cerebro que procesa una realidad virtual inducida por una supercomputadora?

Je, je, je... Todo eso suena loco ¿verdad? Pero esas ideas extravagantes son parte de la hipótesis del “cerebro en una cubeta” (“brain in a vat”) propuesta por algunos filósofos para cuestionar nuestra percepción de lo que entendemos por “real”. En parte, estas ideas son una revisión contemporánea de los argumentos elaborados por Descartes en sus Meditaciones Metafísicas, donde sugirió que un demonio maligno pudo estar engañando su percepción con falsas experiencias sensoriales.

«Supondré ahora --escribió Descartes--, no que Dios, que es supremamente bueno y la fuente de la verdad, sino en cambio algún genio maligno con el más extraordinario poder ha usado todas sus fuerzas para engañarme. Debo pensar que el cielo, el aire, la tierra, colores, formas, sonidos, y todas las cosas externas son solo alucinaciones de sueños los cuales ha creado para engañar mi juicio» (Meditaciones 15)

Aquí te copio un par de extractos de las ideas de dos afamados filósofos contemporáneos:

Jonathan Dancy: «Usted no sabe que no es un cerebro, suspendido en una cubeta llena de líquido en un laboratorio, y conectada a un computador que lo alimenta con sus experiencias actuales bajo el control de algún ingenioso científico técnico (benévolo o maligno, de acuerdo a su gusto). Puesto que, si usted fuera un cerebro así, asumiendo que el científico es exitoso, nada dentro de sus experiencias podría revelar que usted lo es; ya que sus experiencias son, según la hipótesis, idénticas con las de algo que no es un cerebro en la cubeta. Como usted sólo tiene sus propias experiencias para saberlo, y esas experiencias son las mismas en cualquier situación, nada podría mostrarle cuál de las dos situaciones es la real.» (Introduction to Contemporary Epistemology, 10)

Hilary Putnam: «En lugar de tener sólo un cerebro en la cubeta, podemos imaginar que todos los seres humanos (o todos los seres con sensaciones) son cerebros en la cubeta (o sistemas nerviosos en la cubeta en el caso en el que seres con sólo sistemas nerviosos cuenten como seres con sensaciones) ¿Por supuesto, el científico malvado tendría que estar afuera, o no? tal vez no haya ningún científico maligno, tal vez (aunque parezca absurdo) el universo consista solamente de maquinaria automática atendiendo una cubeta llena de cerebros y de sistemas nerviosos. Ahora supongamos que esta maquinaria automática esta programada para darnos a todos una alucinación colectiva en lugar de un cierto número de alucinaciones aisladas. Así cuando me parece que le hablo a usted, a usted le parece estar oyendo mis palabras... Ahora quiero hacer una pregunta que parecerá muy tonta y obvia (al menos para algunas personas, incluyendo algunos filósofos muy sofisticados), pero que nos llevará a verdaderas profundidades filosóficas con cierta rapidez. Supongamos que toda esta historia fuera realmente verdadera, ¿podríamos, si fuéramos cerebros en la cubeta de este modo, decir o pensar que lo somos?» (Reason, Truth, and History, 7)

No obstante lo ingenioso de estos juegos teóricos, mi muy estimado(a) amigo(a) matrixnauta, admito no me resulta muy simpática esta hipótesis del "cerebro en una cubeta" (¡¿A quién le ha de gustar una idea tan horrible como la de ser un cerebro sumergido en un viscoso líquido y aprisionado dentro de un frasco?!). Sin embargo es buena para estimular la reflexión y la duda sobre nuestra percepción de la "realidad".

Hay muchos que dudan sobre la existencia de un “más allá”, pero a medida que avanza la ciencia (especialmente la Física Cuántica y la Neurofisiología) soy más escéptico con el “más acá” que me muestran mis sentidos.

Sí, cada vez tengo más dudas sobre la realidad material y, cada vez más, veo la creencia en lo "tangible" como un artículo de fe.

Fuentes consultadas:

Cerebros en las cubetas y el genio maligno


Brain in a vat (Wikipedia)
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