Tao-Te-Ching 2
Cuando todo el mundo reconoce lo bello como bello, aparece la fealdad.
Cuando todo el mundo reconoce lo bueno como bueno, aparece lo malo.
Ciertamente, lo oculto y lo manifiesto se generan el uno al otro.
Dificultad y facilidad se complementan entre sí.
Lo largo y lo corto manifiestan a su contrario.
Alto y bajo establecen la medida mutua.
la voz y el sonido entre sí armonizan.
El tiempo atrás y el delante se suceden mutuamente.
Por ello, el Sabio maneja sus asuntos sin actuar, y difunde sus enseñanzas sin hablar.
No niega nada a las innumerables cosas.
Las construye sin atribuirse nada.
Hace su trabajo sin acumular nada por él.
Cumple su tarea sin vanagloriarse de ella y, precisamente por no vanagloriarse, nadie se la puede quitar.
[Traducción de John C. Wu, Lao Tse, Tao te King, Madrid, Edaf, 1993]
En esa misma versión, comenta el traductor: «Según el Génesis, el inicio de la distinción entre el bien y el mal, lo bello y lo feo, marca el inicio del “pecado original”, es decir, de la separación y del comienzo de la dualidad».
Algo parecido me expresó mi amiga Rossana, en una ocasión que platicábamos sobre cuál habría sido en sí el pecado que sacó a la humanidad del paraíso.
El paraíso debe ser esa conciencia de Unidad, y el pecado parece que fue caer en la visión dual del mundo (comer de la fruta del "árbol del conocimiento del bien y del mal").
Cuando diferenciamos lo bello de lo feo, o lo bueno de lo malo, caemos en la visión dual del mundo. El hombre santo debe estar más allá de los pares de opuestos (bien y mal, placer y dolor, belleza y fealdad, etc.). En el Bhagavad Gita, Krishna exhortaba al guerrero Aryuna a que superase la dualidad para alcanzar la santidad iluminada.
Se llega a la iluminación cuando se trasciende la dualidad de la matrix, y se logra la Unidad (regresar al paraíso del Génesis). Eso es lo que enseña, por ejemplo, la doctrina del Advaita (palabra sánscrita que significa No-Dos).
Lo oculto y lo manifiesto se generan el uno al otro, es decir, el ser y el no-ser se engendran mutuamente. Ambos, ser y no-ser, no son dos: son uno. Eso es Tao. La tesis y la antítesis se resuelven en la síntesis.
«Lo fácil y lo difícil se complementan» dice el maestro Lao. Y el santo profeta del Islam, Mahoma, decía que «al lado de la dificultad está la facilidad».
«Lo largo y lo corto se forman el uno de otro. Lo alto y lo bajo se aproximan. El sonido y el tono armonizan entre sí». Nuestra cultura occidental y judeo-cristiana percibe la dualidad cósmica siempre en oposición: el bien versus el mal, la luz contra la oscuridad. En cambio, la cosmovisión taoísta ve a los pares de opuestos como complementarios (yang y ying, masculino y femenino, luz y sombra, ser y no-ser, cielo y tierra).
El símbolo del Yin-Yang transmite esa dualidad que se complementa y se resuelve en la Unidad.
Los contrarios taoístas son fases que se suceden cíclicamente (como el día y la noche). Esa misma concepción de la sucesión de contrarios se observa en el Bhagavad Gita:
«¡Oh, Arjuna! El mundo de los sentidos nos produce sensaciones de frío y de calor, de placer y de dolor. Todas estas sensaciones vienen y se van; son transitorias ¡Elévate sobre ellas, alma vigorosa! El hombre que no es afectado por los sentidos; ni por el placer ni por el dolor, éste es merecedor de vida eterna.» (Bhagavad Gita 2: 14-15)
Ya que los pares de opuestos son estados transitorios, que se alternan, Krishna pide a Aryuna que supere la dualidad:
«…¡Oh, Arjuna!… permanece en la Verdad que está más allá de todos los pares de opuestos. Ve más allá de las posesiones y las ganancias. ¡Recupera tu propia alma!» (Bhagavad Gita 2:45)
Estoy citando la versión de Julio Pardilla, “El Bhagavad Gita, Canto del Señor”. Pardilla comenta ese último verso y explica: «Trascender los pares de opuestos (dvandva); bueno-malo, positivo-negativo, placer-dolor. Superar tal limitación e instalarse en el dominio de la no-dualidad (advaitam), es lo necesario para lograr la unión con la Realidad Última».
Enseña el maestro Lao: «Por ello, el Sabio maneja sus asuntos sin actuar, y difunde sus enseñanzas sin hablar. No niega nada a las innumerables cosas. Las construye sin atribuirse nada. Hace su trabajo sin acumular nada por él. Cumple su tarea sin vanagloriarse de ella, y, precisamente por no vanagloriarse, nadie se la puede quitar.» Eso es Wu-Wei.
Juanba, un joven gurú que avanza por la compleja vía mística del silicio y de los electrones (la informática tiene mucho de misticismo), brinda una excelente explicación sobre la no-acción del sabio:
«El sabio adopta la actitud de no-obrar: "wu-wei" que en chino significa más que no-obrar el obrar sin intención. El hacer lo que corresponda sin apegarse a los resultados por obtener. Es por eso que en la vida del sabio, que no es alguien necesariamente inteligente sino más bien alguien con sabiduría y virtud, se le provee todo lo que necesita ("todas las cosas aparecen sin su intervención").
"Nada usurpa ni nada rehusa", no es más que dejarse fluir en el río de la vida sin apegarse a ninguna de las dos orillas: ni a la de la felicidad ni a la de la desdicha, que no son más que una dualidad relativa más, caras de una misma moneda. Y las últimas tres líneas no hablan más que de la virtud de todo aquel que obra con vocación en cualquier cosa que haga, aquel que no espera gloria ni reconocimiento por lo que hace para así no alimentar al "ego" que dista de ser lo que realmente somos.» (Juanba, Perdido en Maya)
También el Bhagavad Gita nos habla sobre la no-acción del hombre sabio, que actúa sin apegarse a los frutos de la acción (vean las similitudes entre el sabio hindú y el sabio taoísta):
« ¿Qué es la acción? ¿Qué es la inacción? Incluso algunos sabios no ven diferencia entre ambas. Te enseñaré la Verdad que hace que una acción sea pura, y esta Verdad te hará libre.
« Así sabrás qué es la acción, al tiempo que reconocerás qué es una acción mala. Y también aprenderás una acción que se realiza en silencio: misterioso es el sendero de la acción.
« El hombre que trabaja en silencio, y que sabe que el silencio es trabajo, sin duda es un iluminado y en su trabajo encuentra paz en verdad.
«Aquél cuyas intenciones están libres del deseo y la codicia, y que ha quemado ya todo su karma en el fuego del Conocimiento: a tal hombre llaman sabio aquéllos que pueden ver.
«Un hombre tal, que ha renunciado al fruto de sus acciones, está siempre contento y libre de toda dependencia; y aunque interviene en la acción, él no actúa.
«Sin esperar nada a cambio, él actúa solamente con su cuerpo, manteniendo su mente bajo control, entregando todo lo que tiene: de este modo, él queda libre de pecado.
«El se contenta con cualquier cosa que el destino le depara, pues está más allá de la dualidad de este mundo. Se muestra íntegro tanto en el éxito como en el fracaso, sin ningún síntoma de celos. Sus acciones no le atan.
«Esto es liberación: Su mente ha encontrado paz en la sabiduría y está libre de toda atadura, sus obras son actos de amor devocional. Las acciones de un hombre así son puras.» (Bhagavad Gita 4: 16-23, versión de Julio Pardilla)
Etiquetas: Tao Te Ching
4 Comentarios:
Alguna que otra vez escribo una que otra cosa en relación con el tao.
Por si te interesa:
Sello perdido de Lao Tse
Saludos
Gracias, Gandica. Soy seguidor de tu blog, y me alegra mucho que tengas escritos sobre el Tao.
Ahora mismo voy a revisarlo!!
Oh,Tadeo, lo de "joven" se agradece, ahora lo de "gurú" me queda muy, muy grande.
Me gustan las sutilezas en la traducción del Tao que tenés. Por más que la idea final sigue siendo la misma algunas palabras traducidas distintas a la versión que yo tengo me lo hacen ver desde otro ángulo.
Salutes amigo
Salutes, Juanba: Así te decimos por acá: el joven "gurú" argentino, porque en tu blog uno se consigue con enseñanzas de muchos maestros, pero traducidas a palabras que se adaptan a nuestro tiempo, y por lo tanto son más asimilables.
con respecto a las traducciones del Tao Te Ching, lo que nos queda a nosotros que no entendemos el chino antiguo (ni moderno), es comparar muchas versiones y de allí sacar alguna lectura intuitiva.
En este link puedes conseguir muchas traducciones en español del Tao Te Ching: Pincha aquí
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